Así, este año, en la zona más fina de la capa de ozono que se extiende en el Antártico, se alcanzó la extensión de 27 millones de kilómetros cuadrados, mientras que en 2007 ese agujero fue de 25 millones de kilómetros cuadrados y en 2006 se registró el récord de 29 millones de kilómetros cuadrados de extensión.

La capa de ozono se encuentra a unos 25 kilómetros de altitud y actúa como un filtro preservando la vida en la Tierra de los dañinos rayos ultravioletas (UV) del Sol. Los rayos UV incrementan el riesgo de cáncer de piel, de cataratas en la vista, y perjudican a la vida marina.
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