viernes, 10 de octubre de 2008

El cambio climático modifica el aspecto del Himalaya

Monte Taboche (6.667 m.)
Imagen superior: Erwin Schneider (1956-1961); Imagen inferior: Alton Byers (2007)


Como la Antártida, el Ártico o Groenlandia, el Himalaya es un balcón privilegiado para asomarse a los efectos del cambio climático sobre las grandes masas heladas de la Tierra. El aumento de las temperaturas ha acelerado el deshielo de sus cumbres, la mayoría de los glaciares están en franco retroceso, el régimen de lluvias ha variado y peligra el aporte estacional de agua al curso de grandes ríos. Los diez sistemas fluviales más importantes de Asia se nutren de los hielos del Himalaya. A su vera, en las montañas, viven 200 millones de almas, más otros 1.300 millones en la parte baja de las cuencas fluviales. En total, una quinta parte de la población mundial depende en mayor o menor medida de la cordillera 'madre' para garantizar su suministro de agua dulce.

Ese es el contexto y la rúbrica la ponen las imágenes del ayer y el hoy, el antes y el después del Himalaya. La exposición 'Himalaya. Paisajes cambiantes', organizada por la Fundación BBVA y el Centro Internacional para el Desarrollo Integrado de las Montañas (ICIMOD), se despliega estos días en Barcelona sobre el telón de fondo del Congreso Mundial de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Incluye algunas de las instantáneas tomadas en los años 50 por científicos austriacos y suizos en Nepal, y las mismas imágenes en la actualidad.

«Sólo han transcurrido cinco décadas entre las antiguas y las nuevas fotografías y los cambios son dramáticos», lamenta Alton Byers, geógrafo de montaña y autor de las fotografías de hoy.

«Multitud de pequeños glaciares en bajas latitudes han desaparecido por completo y otros más grandes han perdido la mitad de su volumen», añade. La fusión glaciar hace peligrar el suministro futuro de agua y acarrea además riesgos inminentes para la población de los valles de montaña. «Se han formado enormes lagos al pie de los glaciares y suponen -dice Byers- un peligro potencial, en caso de desbordamiento, para las comunidades que viven curso abajo».

No hay comentarios: