Ante el aumento en los niveles de contaminación que se detectan con cierta frecuencia en España a causa de los aportes naturales de material particulado en suspensión procedente de las regiones desérticas de África, el discurso de muchas administraciones públicas es casi siempre el mismo: no hay excesivo peligro para la salud por su origen natural.
Ahora, un estudio llevado a cabo por investigadores del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL), del Instituto Municipal de Investigación Médica (IMIM-Hospital del Mar) y del Centro Jaume Almera del CSIC, y publicado en la revista 'Epidemiology', ha puesto de manifiesto que, coincidiendo con la presencia en el aire de polvo procedente del Sáhara, se produjo a diario y en la ciudad de Barcelona, un incremento de la mortalidad del 8,4 por ciento.
Lo anterior debería obligar a las Administraciones a revisar la información que se traslada a la población cuando tiene lugar un evento de estas características, evitando la tendencia existente de menospreciar sus posibles repercusiones en la salud.
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