domingo, 19 de julio de 2009

¿A quién le importa que la contaminación del tráfico mate más que los accidentes?

Reproducimos a continuación (tras traducirlo) el interesante post de Xosé Veiras en el Blog "Cos Pés Na Terra". (Aquí el post original en gallego).

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Hace ya unos cuantos años, asistí a una conferencia de Alfonso Sanz, co-autor del imprescindible “Hacia la reconversión ecológica del transporte en España”, en la que se mostró pesimista sobre las tendencias futuras del transporte, excepto en lo que se refería al transporte urbano. En aquel momento esperaba que, como resultado de la aplicación de la normativa de la UE sobre calidad del aire, las cosas mejorasen sustancialmente en las ciudades, al tenerse que restringir el tráfico de coches. Habría sido así si se aplicase con rigor la legislación y si se mantuviesen los valores límite para la concentración en el aire de partículas en suspensión inferiores a 10 micras (PM10) que se fijaron inicialmente para el año 2010, casi tan exigentes como los recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y mucho más ambiciosos que los vigentes.


El tiempo está dándole la razón al pesimismo de Sanz, pero no así a su optimismo. En muchas ciudades se incumple la normativa sobre la calidad del aire sin que pase nada y, además, las instituciones europeas y los gobiernos de los estados miembros se pusieron de acuerdo para rebajar la ambición de la legislación, eliminando los valores de PM10 –el contaminante más preocupante- que iban a entrar en vigor en 2010. Lo hicieron sin mayores problemas, sabiendo de la fascinación inmensa que siente el ciudadano medio por cualquier cosa con motor y con neumáticos.

En nuestro país (-por Galicia-), los valores de PM10 sólo se comezaron a medir en el conjunto de las principais ciudades a partir de 2007. Hoy sabemos que en todas ellas –excepto en Pontevedra, con datos insuficientes, y en Santiago, con estaciones de medición “estrategicamente” situadas- se incumplen los valores límite recomendados por la OMS. Esto significa que los habitantes de las ciudades respiramos aire nocivo para nuestra salud. Los estudios señalan que la contaminación del tráfico provoca muchas más muertes prematuras (entre varios meses y dos años) que los accidentes, por no hablar de muchos otros perjuicios. Un problema sin importancia, si tenemos en cuenta los múltiples beneficios del automóvil y lo imprescindible que es, ¿verdad?."

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